Tengo que escribir, seguramente no salga nada más que un caos de ideas, sentimientos o pedales míos, pero no sé, necesito escribir…
La experiencia de la muerte es algo difícil, se muere alguien cercano y entonces qué… qué haces… Es algo que se ve en todas las películas y libros de hoy en día, siempre, en todas las buenas historias muere alguien, aunque sea el malo de la historia. Y a pesar de “acostumbrarnos” a oír hablar de la muerte, eso no nos hace acostumbrarnos de verdad a la muerte de alguien cercano. Es imposible acostumbrarse a eso, pues es perder a alguien, que no es perder simplemente una cosa, es perder una persona con la que has vivido un montón de cosas, y todos esos recuerdos son recuerdos compartidos, no son solo fotografías que miras cuando estás solo. Pensémoslo, cuánto tiempo del que estamos con gente es recordando momentos del pasado…estamos continuamente recordando cosas, y las recordamos incluso cuando estamos con aquella gente con la que las vivimos, pero eso no importa, porque no se trata simplemente de recordar hechos, sino de fortalecer amistades, reedificar relaciones…recordar no es más que renovar.
Y si a quien pierdes es a alguien con quien has vivido prácticamente toda tu vida…no solo pierdes a alguien, que es mucho perder, es que en parte, bueno, no en parte, estás perdiendo algo de ti mismo. Si te has volcado tanto en una persona que hasta te importaba más lo que era bueno para ella que lo que era bueno para ti…sin duda a esa persona la has amado, y perderla supone perderte a ti mismo.
Sin embargo no me quiero quedar en esto, perdida y sufrimiento, no. Las cosas no se pueden quedar así, no se debe perder la esperanza; como alguien ya escribió alguna vez: no se trata de un adiós definitivo, y sé que suena cursi, pero más que un adiós es un hasta luego. Me toca vivir una parte del camino sin ti, y eso me va a costar, pero voy a intentarlo, porque sé que lo último que querrías es que me rindiera. De verdad pienso que al final todos nos encontraremos más allá de la muerte y entonces miraremos atrás con sonrisas en nuestros labios, disfrutando unos de otros, y recordando; y seremos gente que ya ha recorrido todo un camino, con las piernas fuertes de andar, con cicatrices en las rodillas, que no hablan de aquella vez que te caíste, sino de aquella en que te levantaste.
De verdad, merece la pena coger la mano de quien te la ofrece. Y también merece la pena ofrecer tu mano a quien lo necesite, al final todos somos ciegos caminantes que andamos el camino de la vida sin saber lo que nos espera; y no sé vosotros, pero yo quiero averiguarlo. La vida me tiene muchas cosas preparadas y yo quiero saber qué cosas son, quiero saber si conseguiré pasarlas, quién me va a ayudar, qué habrá después de ellas… Veremos gente caer a nuestro alrededor, a veces caeremos nosotros y pensaremos que ya no hay solución, que es imposible levantarse, que en realidad no hay esperanza para todos, pero la esperanza, por suerte, no es algo que dependa de nosotros, HAY esperanza para todos, queramos o no, nos lo creamos o no, nos guste o no…
Hay situaciones difíciles, pero si son difíciles es precisamente porque están ahí para ser superadas. Os pido que tengáis fuerza para levantaros, y que continuéis este camino que es la vida, así cuando yo me caiga, al veros caminar, yo quiera también levantarme…
Muchas gracias!!!!
ResponderEliminarSe nota que Dios habla a traves de las personas...jejexD