domingo, 30 de octubre de 2011

Exterior / interior


"¡Poderse ver desde fuera! ¡Poderse ver desde fuera! Esto he deseado muchas veces" "¡Dejar un nombre! (...) Parece imposible que se ame más al nombre que a sí propio. He aquí la forma de la mortal esclavitud que hace que sacrifiquemos nuestra realidad a la apariencia que de nosotros hay en las mentes ajenas, que sacrifiquemos nuestro propio ser al concepto que de nosotros se ha formado el mundo"  
 
Esto se decía Unamuno a sí mismo en una de sus reflexiones. Por importarle demasiado lo que los demás piensen de él y por buscarse a sí mismo desde fuera, mirándose a sí mismo desde fuera (como los demás le ven), acabó por perderse a sí mismo. S. Agustín ante un dilema parecido encontró una solución muy diferente:

"No vayas afuera, entra dentro de tu alma, porque en el hombre interior habita la verdad; y, si hallares que tu naturaleza es mudable, trasciéndete a tí mismo, más no olvides que, al remontarte sobre las cimas de tu ser, te elevas sobre tu alma, dotada de razón. Encamina, pues, tus pasos allí donde la luz de la razón se enciende. Pues ¿adónde llega todo buen pensador sino a la verdad?"

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