miércoles, 12 de octubre de 2011

El árbol de la vida

¿Por qué el dinosaurio grande no se come al pequeño? Al terminar la película esta duda me carcomía por dentro. Bueno, seamos sinceros, muchas otras dudas rondaban mi cabeza al terminar. Ya me habían dicho que ésta era una película curiosa. Me habían dicho que es de esas que pueden causar dos reacciones, y sólo dos; repulsión o admiración; o bien te encanta (en el sentido más literal de la palabra "encantar") o bien te aburre soberanamente. De hecho también me habían dicho que mucha gente se sale del cine en medio de la película. Le pregunté a un amigo que ya la había visto que si le había gustado, y me contestó que no lo sabía, que no sabía si había visto una auténtica basura o una auténtica obra de arte.

Yo creo que entendí bastantes cosas, pero lo que es seguro es que otras muchas se me escaparon. Tiene mucha simbología, metáforas, etc (sobre todo bíblicas). Y juega mucho con el espectador. Sin embargo, y a pesar de todo, me parece que habla muy bien de algunas de las cuestiones más importantes de la vida: la creación, el mal, la vida, Dios... Es sin duda una forma nueva y original de hablar de ellas. Ya sé que no digo nada nuevo, que en cualquier página de cine encontraréis esto que digo y más, pero me impactó tanto que no he podido evitar comentar algo.

Aunque se anuncia como una película "para todos los públicos", no es más que una mentira. Creo que el porcentaje de gente que puede verla es muy pequeño. Y además resulta muy difícil determinar cuál es ese público apropiado para esta película. Supongo que es para aquellos que ahora o en algún momento hayan buscado a Dios, para aquellos que le han perdido y le han vuelto a encontrar, o que aún siguen buscando. Creo que es para aquellos que piensan que la vida tiene algo más que siestas y Coca colas, que trasciendan un poco (o mucho). Y aún así, no todos los que sean así podrán verla, porque es curiosa  no sólo por el tema, sino, sobre todo, por la forma de tratarlo. Es importante, creo, haber tenido ya cierto contacto con el cine “No-Hollywood”, y además tener cierta sensibilidad estética, un poco de afinidad por lo artístico.

Si te gustan las rarezas cinematográficas, te gusta trascender, y estás dispuesto a ver una película sin disparos ni sexo… ¡Adelante! 

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