jueves, 19 de julio de 2012

Epektasis

Venga hombre ¿me vas a decir que no crees? Quizás no lo digas en voz alta, pero lo sabes, tus labios lo niegan, pero es porque tienes el corazón amordazado, si lo dejases libre lo gritaría a los cuatro vientos. Tus anhelos son tan altos que nada los satisface. Música, poesía, ciencia, drogas... adicciones vanas, parches inútiles para un sentimiento que lo supera todo. Quieres razones y no te das cuenta de que la mayor razón, la mayor prueba, es que en realidad no puedes negarlo. El miedo te paraliza, te impide ser feliz, pero basta reconocerlo. Él está gritando y solo hay que quitarse las manos de los ojos y destaparse los oídos. ¿Te has parado a escuchar? ¿A palpar? ¿A oler? Lo sé, lo conozco, esa sensación de querer salir sin saberlo, esa sensación de estar solo. Todo tu entorno te lo está gritando, ábrele las puertas que Él te puede cambiar la vida, te puede dar una nueva. Si quieres niégamelo, pero al menos reconócelo en tu soledad, necesitas a Dios, y Él te necesita a ti.

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