Últimamente me han preguntado en varias ocasiones seguidas que si esta pulsera que suelo llevar en mi muñeca izquierda tiene algún significado, en concreto preguntan por la "T" de madera que cuelga en uno de los extremos. Como no he sabido responder muy bien a la pregunta me he estado informando sobre este símbolo, que es conocido como "la tau franciscana".
En primer lugar, lo que veis en la fotografía no es una pulsera cualquiera, es un denario, últimamente se han puesto bastante de moda, a pesar de que, según creo, muchos no saben realmente lo que llevan en su mano. Un denario es un objeto religioso que sirve para rezar el rosario; si os fijáis tiene diez nudos, uno por cada una de las diez avemarías que se rezan en cada misterio del rosario. Los podemos ver muy diferentes, con bolitas de madera, de colores... lo que importa no es tanto el modo como su fin, sin embargo yo siempre he tenido cierta predilección por los que son a base de nudos.
En lo que se refiere a la tau franciscana: Por un lado, aunque parezca una "T" latina, es en realidad una "T" (tau) hebrea, la última letra de dicho alfabeto. Pertenece además al alfabeto griego. Y se dice que es "franciscana" porque San Francisco de Asís la usó frecuentemente, hasta el punto de firmar sus cartas trazando la tau al final de ellas.
¿Y por qué el santo de Asís tomó este símbolo? La respuesta se remonta a un sermón del Papa Inocencio III, en el que comentó un texto profético, Ezequiel 9, 4 ("Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén, y marca una tau en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen dentro de ella"). San Francisco acudió al sermón del Papa, a comienzos del siglo XIII, y escuchó las siguientes palabras: "Tau es la última letra del alfabeto hebreo, y tiene la forma de cruz, como era la cruz antes que le pusieran encima la inscripción de Pilato. Tau es el signo que se lleva en la frente cuando el esplendor de la cruz se manifiesta en toda nuestra conducta, cuando, como dice el Apóstol, se crucifica la carne con sus vicios y pecados. Entonces se afirma: Yo no quiero gloriarme en ninguna otra cosa, si no en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo [...] ¡Sed, pues, los paladines de la Tau y de la Cruz!".
Francisco, sencillamente, le hizo caso. Aquí podeis ver más información, es lo que yo he leido para informarme mínimamente sobre este símbolo tan extendido entre los cristianos, especialmente los devotos de San Francisco.
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