Aquí os dejo esta reflexión, es una pena que el autor sea anónimo, pero él mismo firma como el rey de las máscaras:
"En este mundo de disfraces, en el que nadie se muestra tal y como es; entre esta gente, que se ha acostumbrado a la comodidad de no ser nadie; en esta sociedad, en la que nos gusta tanto mirarnos al espejo… en este mundo, bueno o malo, yo soy el rey de las máscaras.
Nunca me ha gustado ninguna expresión que tenga la forma: “llegar a ser lo que se es”, porque es contradictoria. Sin embargo yo ahora diría que cada ser humano tiene que llegar a ser él mismo. Pero llegar a ser nosotros mismos significa, en realidad, que debemos construirnos o dejarnos construir… se tiene que forjar algo en nosotros; y para que seamos siempre personas completas se tiene que ir forjando en nosotros una personalidad: una personalidad propia.
Temo que este mundo de disfraces nos esté obstaculizando el llegar a ser nosotros mismos. ¿Cómo es ésto posible? Es sencillo, cuando una persona se empieza a preocupar por el “cómo me ven los demás” empieza a plantear su vida no desde su interior sino desde su exterior, es decir, que no le importa tanto qué o quién es, o en qué se convierte; sino que importa mucho más lo que aparenta, lo que los demás ven, lo que los demás piensan al verle. Es ésto a lo que me refiero cuando digo que nos ponemos disfraces; nos disfrazamos de algo (porque no siempre nos disfrazamos de alguien) y mostramos ese disfraz, salimos a la calle con ese disfraz. Luego nos acomodamos y nos lo dejamos siempre puesto, no merece la pena quitárselo, no vaya a ser que nos descubran, que nos pillen por sorpresa y entonces nos vean tal y como somos y entonces dejemos de gustarles… eso sería el apocalipsis: no nos reconocerían socialmente.
Vale, tenemos el disfraz puesto continuamente, pero eso no significa nada… Significa bastante, pero no es todo. La cima de todo esto la alcanzamos cuando nos convertimos en personas adictas al espejo: el espejo es la forma más superficial de mirarnos a nosotros mismos. Y ahora pura lógica, un problema matemático para un niño de primaria: si alguien lleva puesto un disfraz (de lo que sea… de pirata supongamos) y se mira al espejo ¿Qué ve? ¿Una persona normal o un pirata? Aunque no sea un gran matemático, ni tampoco un gran solucionador de problemas, creo saber la solución a este. Si te miras a un espejo lo que vas a ver es lo que ven los demás: la misma mentira superficial de la que te has vestido. Si al menos tuviéramos la valentía de mirarnos a los ojos al espejo… pero eso no es mirarnos al espejo, eso no es mirar con los ojos, eso sería mirar con el alma, y eso ya no nos gusta tanto.
Al final nos acabamos creyendo, de tanto mirarnos al espejo, que somos ese mentiroso disfraz. Al final acabamos por no conocernos a nosotros mismos. ¿Quieres conocerte a ti mismo? No tienes ni que quitarte el disfraz, lo único que hay que hacer es cerrar los ojos e interiorizar, preguntarte a ti mismo y responderte a ti mismo… quizás algún día llegues a ser auténtico.
Y cuidado, lo digo yo, el que es incapaz de dar la cara y mostrase a sí mismo, el que escribe pero se esconde tras el anonimato, el que menos se conoce a sí mismo. Lo digo yo, que soy el rey de las máscaras."
Nunca me ha gustado ninguna expresión que tenga la forma: “llegar a ser lo que se es”, porque es contradictoria. Sin embargo yo ahora diría que cada ser humano tiene que llegar a ser él mismo. Pero llegar a ser nosotros mismos significa, en realidad, que debemos construirnos o dejarnos construir… se tiene que forjar algo en nosotros; y para que seamos siempre personas completas se tiene que ir forjando en nosotros una personalidad: una personalidad propia.
Temo que este mundo de disfraces nos esté obstaculizando el llegar a ser nosotros mismos. ¿Cómo es ésto posible? Es sencillo, cuando una persona se empieza a preocupar por el “cómo me ven los demás” empieza a plantear su vida no desde su interior sino desde su exterior, es decir, que no le importa tanto qué o quién es, o en qué se convierte; sino que importa mucho más lo que aparenta, lo que los demás ven, lo que los demás piensan al verle. Es ésto a lo que me refiero cuando digo que nos ponemos disfraces; nos disfrazamos de algo (porque no siempre nos disfrazamos de alguien) y mostramos ese disfraz, salimos a la calle con ese disfraz. Luego nos acomodamos y nos lo dejamos siempre puesto, no merece la pena quitárselo, no vaya a ser que nos descubran, que nos pillen por sorpresa y entonces nos vean tal y como somos y entonces dejemos de gustarles… eso sería el apocalipsis: no nos reconocerían socialmente.
Vale, tenemos el disfraz puesto continuamente, pero eso no significa nada… Significa bastante, pero no es todo. La cima de todo esto la alcanzamos cuando nos convertimos en personas adictas al espejo: el espejo es la forma más superficial de mirarnos a nosotros mismos. Y ahora pura lógica, un problema matemático para un niño de primaria: si alguien lleva puesto un disfraz (de lo que sea… de pirata supongamos) y se mira al espejo ¿Qué ve? ¿Una persona normal o un pirata? Aunque no sea un gran matemático, ni tampoco un gran solucionador de problemas, creo saber la solución a este. Si te miras a un espejo lo que vas a ver es lo que ven los demás: la misma mentira superficial de la que te has vestido. Si al menos tuviéramos la valentía de mirarnos a los ojos al espejo… pero eso no es mirarnos al espejo, eso no es mirar con los ojos, eso sería mirar con el alma, y eso ya no nos gusta tanto.
Al final nos acabamos creyendo, de tanto mirarnos al espejo, que somos ese mentiroso disfraz. Al final acabamos por no conocernos a nosotros mismos. ¿Quieres conocerte a ti mismo? No tienes ni que quitarte el disfraz, lo único que hay que hacer es cerrar los ojos e interiorizar, preguntarte a ti mismo y responderte a ti mismo… quizás algún día llegues a ser auténtico.
Y cuidado, lo digo yo, el que es incapaz de dar la cara y mostrase a sí mismo, el que escribe pero se esconde tras el anonimato, el que menos se conoce a sí mismo. Lo digo yo, que soy el rey de las máscaras."
En mi opinión es un pelín pesimista, pero bueno, espero que os haya gustado.
Hey chema! ¿cómo andamos? Espero que todo vaya bien por Pamplona. Muy bueno este post. El artículo puede ser un poco pesimista pero refleja la vida misma. El último párrafo es brutal. Yo hace poco empecé un blog, échale un vistazo cuando te aburras =) http://vivenciasdeuntipocualquiera.blogspot.com/
ResponderEliminarun abrazo y cuídate tío.