Ayer, con un grupo de amigos, apoyándonos en el camino de Santiago como ejemplo, nos preguntábamos si lo importante es la meta o es el camino. Si lo importante es llegar a Santiago o lo importante es el camino. La conversación de ayer me motiva ahora para escribir.
Nosotros decíamos ayer que en realidad lo importante es el final, pienso que es así. De hecho decimos "camino DE Santiago" y no solo "camino". No podemos hablar de un camino si no llega a ningún lado, todos los camino llevan a un sitio u otro, otra cosa distinta es que sepamos a dónde llevan.
Yo he puesto al título de este blog la palabra "caminante", y es precisamente porque considero que la vida es un camino, es una metáfora (o no tan metáfora) que me gusta mucho. Pero claro, eso no quiere decir que nos debamos quedar sólo en la idea de que la vida es un camino y ya está; la vida es un camino, pero ¿A dónde lleva? ¿Cual es el final? Bueno, supongo que eso dependerá de la ruta que cojamos. Pienso que todos debemos preguntarnos hacia dónde va nuestra vida, qué camino hemos cogido y hacia dónde lleva, si realmente queremos seguir esa ruta o es mejor cambiarla...
También pienso que una vez sepamos más o menos hacia dónde vamos...¡A disfrutar del camino!
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