lunes, 31 de enero de 2011

fe en el desaliento

Tengo esto un poco abandonado últimamente. Bueno, aquí estoy para escribir otra de esas caótico-reflexiones:
Acabo de leer una presentación power-point en la que salían algunas respuestas de la madre Teresa de Calcuta a algunas preguntas como: ¿El día más bello? “hoy”… ¿La cosa más fácil? “equivocarse”… ¿La peor derrota? “el desaliento”… ¿El mejor remedio? “el optimismo”… ¿La fuerza más potente del mundo? “la fe”…
Claro que esto sobre el papel parece muy fácil, y hasta cursi y exagerado. “La vida real es otra cosa, no se supera todo simplemente con optimismo”, bueno, quizás el optimismo sea el primer paso, quizás una vez te has puesto manos a la obra con una perspectiva un poco más optimista te das cuenta de que las cosas no estaban tan mal como parecía. Pienso que “desaliento” y “optimismo” son dos términos que van implícitos en la palabra “vida”. De hecho me parece que con estas respuestas que he señalado aquí se puede describir lo que es la vida; al menos en general; la vida es muchas más cosas, pero sin embargo todas se ven envueltas por otras pocas como el desaliento, el optimismo, la fe, los errores, el hoy… Parte de la vida puede ser ver un partido de futbol con tus amigos, o ir a tomar algo, el trabajo, los estudios, hacer la comida, poner la mesa, descansar… muchas cosas, pero ¿qué es de todas esas cosas si vives sumido en el desaliento? ¿Qué es de todas esas cosas si las vives con optimismo y con fe? El mismo partido de futbol puede pasar de ser una agonía absoluta a ser un buen rato inolvidable; será una cosa u otra dependiendo de cómo lo vivas, de cómo vivas tú, de cómo estés tú por dentro. Nuestra forma de enfocar la vida, nuestra forma de encararla es algo que repercute sobre nosotros directamente. Y por eso la peor derrota es el desaliento y el mejor remedio el optimismo. Son formas distintas de encarar la vida.
San Agustín, en sus confesiones, nos descubre una realidad importantísima de la vida: “Cuando sufro cosas adversas deseo las prósperas, cuando gozo de cosas prósperas temo que me sucedan las adversas. ¿Cuál es el tercer sitio entre estas dos cosas, en el que la vida humana no sea una tentación, una lucha y una pelea? No existe. […] ¿Acaso no es una lucha continua la vida del hombre sobre la tierra?”
Entonces…hay que luchar contra el desaliento, y ¿Con qué se lucha? Con todas las fuerzas, y ¿Cuál es la fuerza más potente? La madre Teresa ya nos ha contestado: “la fe”.

sábado, 22 de enero de 2011

Seguimos

Paso a paso, poco a poco. Siempre con ayuda, seguimos intentando subir: nos ayudan desde abajo y desde arriba; y poco a poco subimos hacia la cima...con paciencia.

sábado, 15 de enero de 2011

Reposo en el camino

Reposo en el camino después de un día de lluvia. Todo está mojado y gris, pero al final del día he encontrado un árbol donde refugiarme. Es normal, siempre hay días en los que uno lo ve todo con otros ojos, lo ve todo como si su vida fuera un drama, lo que en otros momentos se ve con esperanza y alegría ahora lo veo como si no fuera más que una de las tantas cosas malas que hay en mi vida. En cierto sentido no tenemos la culpa, hay días así, aunque es verdad que siempre se puede hacer algo por “salir del hoyo”. Nunca hay que dejarse arrastrar por la desesperanza.
En cualquier caso yo escribo esta vez para dar gracias, porque Él ha sido mi árbol en el camino, Él ha sido mi fuente de esperanza, como tantas otras veces. Uno no se da cuenta de todo lo que tiene, hasta que pasas una mala racha y te das cuenta de que hay toda una base sólida debajo para sostenerte, y lo más curioso es que yo no he hecho nada, todo me ha sido dado. Pero nos es dado a todos, en la eucaristía. Ese ha sido el árbol en el camino que me ha servido de refugio. Es impresionante lo que hace una hora frente a Él diciéndole todo lo que te pasa, todo lo que te preocupa, pidiéndole perdón por lo que has hecho mal y pidiéndole ayuda para enfrentarse a los próximos obstáculos que, con seguridad, se presentarán. Y si inmediatamente te ves rodeado por un montón de buena gente entonces ya no hay de qué quejarse.
Si uno apuesta por Dios y le da confianza, le echa un poco de paciencia y sobre todo, bajo mi opinión, le pide y le pide y le pide… no falla, enserio, Él responde. Momentos de dificultad pasa todo el mundo, la diferencia entre el feliz y el infeliz no está en que uno no tiene problemas y el otro sí, la diferencia está en el modo de afrontarlos, y ¿qué mejor forma de afrontar las dificultades que con la ayuda del Mejor? ¿Y qué mejor forma de pedir ayuda que ir frente a Él? ¿Y dónde le podemos encontrar más cara a cara que en el altar? ¿Dónde si no es en el sagrario? ¿Dónde si no es en la eucaristía? ¡Qué tontería! Un trozo de pan… esa respuesta no vale si no se le ha dado ninguna oportunidad.

lunes, 10 de enero de 2011

Humo

Buscando la imagen que he puesto en la entrada anterior he pasado por una página que me ha llevado a Santiago 4: 13-15, que cito:  

Y ahora vosotros, los que decís "hoy o mañana iremos a tal ciudad, y pasaremos allí el año, negociando y ganando dinero"; vosotros que no sabeis qué pasará mañana ¿Qué es vuestra vida? Sois humo, que aparece un instante y luego se disipa. Debeis decir en vez de eso: "si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o lo otro".

¡Madre mía! somos humo... cuánta verdad. Ahora parece que la vida es larga y que son muchos días, pero uno de esos días se desvanece todo como el humo. Ahora bien, es Dios quien lo hace, y dependemos de Él, por mucho que nosotros nos planeemos nuestra vida: Él es el apoyo de todo y sin Dios nada hacemos. La verdad es que yo no puedo añadir nada a esas lineas de la Biblia, ellas lo expresan todo.

De vuelta

La vida es una constante decisión de dar un paso más

Bueno, de vuelta a Pamplona, a seguir con lo que ya hemos empezado, a seguir con mi vida más cotidiana (que no implica que sea aburrida, a veces querría que fuera un poco más tranquila). Cuántas cosas han pasado estas vacaciones, cuantas cosas hay dentro de mí ahora mismo...

Vengo aquí, a Madrid, y vuelvo a ver a toda mi gente, a mi familia y amigos. Y ahora hay que volver, sinceramente, me da un poco de pereza, pero la verdad es que si pienso en todo lo que tengo allí me animo, hay muchas cosas que hacer, mucho que aprender, mucho que estudiar, mucha gente a la que ver de nuevo, allí.

Da la impresión de que la vida nunca para, y es que así es, la vida sigue y sigue y no te da mucho tiempo para que te pares a contemplarla, para que pares a ver dónde estás y hacia dónde vas: ahora un autobús de aquí a Pamplona, mañana uno de Pamplona a Murcia y pasado mañana de vuelta a Pamplona...es un "no parar". Aunque hay que reconocer que no siempre es así, es decir, que es verdad que la vida te deja momentos para mirar atras y darte un breve baño en nostalgia. ¡Cuántas cosas en el pasado! ¿No os gustaría volver a veces? Pero reconocedlo, es mucho más emocionante afrontar el futuro que recordar el pasado; aunque tiene que haber de todo. Y lo mejor del futuro es que no sabes qué te tiene preparado, y son nuestras decisiones lo que nos van encaminando hacia él, y son ellas las que nos llevan por un camino u otro (bueno, más o menos, la providencia también hace de las suyas, pero lo hace mediante nuestras decisiones).

¿Os habeis parado a pensar la cantidad de decisiones que tomamos a lo largo del día? muchas cosas parece que las hacemos por rutina y automatismo, y así es, pero eso no quiere decir que no se puedan hacer de otro modo, siempre hay tiempo para cambiar el modo de hacer las cosas, siempre podemos tomar una nueva decisión. La vida que tenemos es el camino por el que andamos, y cada decisión nuestra es un paso más sobre él. Un nuevo paso en una dirección distinta nos abre camino a una vida nueva.

lunes, 3 de enero de 2011

Navidad

He estado desaparecido unos días, pero ya he vuelto. He estado disfrutando de las vacaciones de navidad, aunque aún me quedan unos días... si, unas largas y agradecidas vacaciones.

He vivido la navidad más intensa de toda mi vida, la he vivido como hay que vivirla, bueno, siempre se puede hacer mejor pero nunca hay que dejar que se pase como si nada. Es muy importante lo que se celebra, aunque la sociedad actual solo celebre "San Corte Inglés", todavía hay gente que celebra lo que verdaderamente es la Navidad: el nacimiento de Dios en el mundo.

Si realmente fueramos conscientes de lo que eso significa, es decir, que Dios "se rebaja" a nuestro nivel para librarnos de una sufrida eternidad, estaríamos de fiesta continua, y no solo durante unos días, pero bueno, somos así. La verdad es que celebrarlo una vez al año está muy bien.

Es curioso como se le ha dado la vuelta: la pobreza y humildad de Dios de hace dos mil años al venir y encarnarse en un niño se ha transformado en una "fiesta" en la que solo importan los regalos y las impresionantes cenas. ¡Ah! y comerse las doce uvas en el tiempo justo...mmmm...uvas VS salvación del hombre.

Bueno, estas cosas me mosquean a veces, pero lo importante es lo importante: Dios vino al mundo y lo hizo precisamente para salvarnos de nuestros errores. No merece la pena enfadarse...además, ¿Quién soy yo para juzgar?