La semana pasada estuve con unos amigos en Madrid y no me pregunteis cómo acabamos hablando de matemáticas, o mejor dicho, filosofía de las matemáticas. Últimamente he estado dándole vueltas a algunas preguntas sobre este tema (Quizás el hecho de que tenga una asignatura que sea filosofía de las matemáticas tiene algo que ver). El caso es que uno de ellos, que estudia precisamente la carrera de matemáticas (¡Hola Jesu!) dijo algo así como: "el mundo matemático es perfecto, es la realidad la imperfecta".
Estábamos pensando en la idea de rueda, por ejemplo, en la realidad material no existen ruedas perfectas, todas tienen alguna imperfección, no son exactamente circulares, aunque apenas se pueda apreciar con la vista. Además, todas las ruedas al final se paran o vuelcan. La "rueda perfecta", la rueda matemática no tendría ningún problema, y por eso dijo que el mundo matemático es perfecto y la realidad no.
Pero esto, al pensarlo luego, me ha traido a la mente un ejemplo que usa Kant. Si no me aquivoco él nos pone delante una paloma que va volando por los cielos, luchando contra la resistencia del aire; entonces la paloma piensa: "Qué fácil me sería volar si no existiera este molesto viento que se me resiste y me impide avanzar como yo quisiera". Pero la paloma no se da cuenta de que ese viento que le ofrece tanta resistencia es precisamente el que le permite volar.
¿Es el mundo matemático perfecto por tener números, rectas y esferas perfectas? Bueno, yo diría que no. Las matemáticas tienen otros muchos problemas que las hacen más imperfectas que este mundo en que vivimos: no pueden moverse, no pueden pensar y mucho menos querer, de hecho, no pueden hacer nada, de hecho, somos nosotros los que las usamos para hacer lo que queremos. No, este mundo defectuoso es, sin duda, mucho más perfecto que ese mundo numérico.